22/6/08

Vito Dumas


Vito Dumas: Detalles de sus Hazañas y Vida



Vito Dumas nació el 26 de septiembre de 1900 en el barrio de Palermo, Buenos Aires. Desde joven, se dedicó a la natación y el atletismo, destacándose principalmente en la primera. Realizó travesías notables, como la unión a nado de Núñez y Tigre y un intento de cruzar el Río de la Plata, donde estableció un récord de permanencia en el agua, aunque no logró completar la travesía.

Se dedicó a la enseñanza de natación en el Club Gimnasia y Esgrima y otras entidades, mientras buscaba nuevas proezas. En 1931, viajó a Europa para intentar cruzar el Canal de la Mancha, pero los altos costos de las embarcaciones de apoyo le impidieron completar el cruce. Desistiendo de este intento, se dirigió a Arcachón, Francia, donde encontró y restauró un velero deteriorado del año 1912, al que bautizó Lehg I.







La Travesía del Atlántico (1931-1932)

El 13 de diciembre de 1931, Dumas partió de Arcachón, Francia, rumbo a las Islas Canarias. Tras llegar a las Canarias, se lanzó al mar con dirección a Sudamérica, enfrentando condiciones adversas.




Timoneaba durante 16 horas diarias, soportando frío y lluvia. Durante su travesía, fue acompañado en algunos tramos por delfines. Después de más de tres meses de navegación, arribó a Buenos Aires el 13 de abril de 1932, recorriendo 7.000 millas marinas en 74 días y estableciendo un récord mundial para un hombre solo. Este logro lo consolidó como un navegante destacado.

La Vuelta al Mundo en Solitario (1942-1943)

En 1942, en medio de la Segunda Guerra Mundial, Dumas se propuso dar la vuelta al mundo en solitario. Construyó un nuevo velero, el Lehg II, y partió de Buenos Aires el 27 de junio de 1942.

La primera escala fue en Montevideo, desde donde se dirigió a Ciudad del Cabo, Sudáfrica, cruzando el Atlántico. Enfrentó temporales severos y, en una ocasión, su velero quedó atrapado entre dos ballenas dormidas.

Desde Ciudad del Cabo, cruzó el Océano Índico y llegó a Nueva Zelanda en 104 días. Las condiciones del mar fueron extremadamente difíciles, pero Dumas continuó su viaje con determinación.

Desde Nueva Zelanda, navegó hacia Valparaíso, Chile. Esta etapa también presentó desafíos significativos, pero logró completar la travesía.

Finalmente, desde Valparaíso, cruzó el Cabo de Hornos y llegó a Mar del Plata. Tras un descanso, partió hacia Montevideo y de ahí regresó a Buenos Aires.

Muchas de sus experiencias quedaron registradas en sus libros "Solo, rumbo a la Cruz del Sur" y "Los Cuarenta Bramadores", donde relató sus aventuras y desafíos.

Después de su vuelta al mundo, Dumas intentó viajar a Estados Unidos en dos ocasiones, una de ellas en 1946. En una travesía notable, partió de Buenos Aires hacia Nueva York, pero enfrentó numerosos desafíos, incluyendo falta de víveres y agua.

En 1955, realizó su último intento de travesía, pero no tuvo éxito. Desde entonces, se retiró de la navegación activa, dedicándose a la pintura y a disfrutar de una vida más tranquila.

Vito Dumas falleció el 28 de marzo de 1965 en su casa de Olivos, víctima de un derrame cerebral. Su muerte fue ampliamente cubierta por la prensa, destacando su vida de aventuras y su legado como uno de los grandes navegantes solitarios.

En 1992, su hijo Vito Diego Dumas visitó el Museo de Transporte del Complejo Museográfico en Luján, donde el Lehg I estaba en exhibición. La familia contribuyó con materiales para restaurar y mantener el barco en óptimas condiciones. Su legado sigue siendo una fuente de inspiración para navegantes y aventureros de todo el mundo.




El diario "La Nación" describió su muerte como el final de un símbolo del romanticismo y la audacia en el deporte, resaltando su espíritu aventurero y su capacidad para enfrentar los desafíos del mar.

Dumas es recordado como uno de los últimos románticos del deporte, un símbolo de audacia, valentía y determinación. Su vida y sus proezas continúan inspirando a nuevas generaciones de navegantes y amantes del mar.

La vida de Vito Dumas es un testimonio de perseverancia y coraje. Sus logros en la navegación en solitario y su espíritu indomable lo convierten en una figura emblemática de la historia marítima, cuyo legado perdura en la memoria colectiva y en los corazones de quienes valoran la audacia y la aventura.

Vito Dumas: A Life of Nautical Feats

Early Life and Initial Achievements

Beginnings and First Endeavors Vito Dumas was born on September 26, 1900, in the Palermo neighborhood of Buenos Aires. From a young age, he dedicated himself to swimming and athletics, excelling particularly in the former. He undertook notable swims, such as connecting Núñez and Tigre by swimming, and attempted to cross the Río de la Plata, setting a record for time spent in the water, although he did not complete the crossing.

Teaching Career and Preparations Dumas taught swimming at the Gimnasia y Esgrima Club and other institutions while seeking new feats to accomplish. In 1931, he traveled to Europe to attempt the English Channel crossing, but the high costs of support vessels prevented him from completing the journey. Undeterred, he went to Arcachón, France, where he found and restored a dilapidated 1912 sailboat, which he named Lehg I.

The Atlantic Crossing (1931-1932)

Preparations and Departure On December 13, 1931, Dumas departed from Arcachón, France, heading for the Canary Islands. After reaching the Canary Islands, he set sail for South America, facing harsh conditions along the way.

Challenges at Sea He steered for 16 hours a day, enduring cold and rain. At times, dolphins accompanied him. After more than three months of sailing, he arrived in Buenos Aires on April 13, 1932, covering 7,000 nautical miles in 74 days, setting a world record for a solo sailor. This achievement solidified his reputation as a notable navigator.

The Solo Circumnavigation (1942-1943)

Preparations and Departure In 1942, amid World War II, Dumas set out to circumnavigate the globe solo. He built a new sailboat, Lehg II, and departed Buenos Aires on June 27, 1942.

First Leg: Buenos Aires to Cape Town The first stop was in Montevideo, from where he sailed to Cape Town, South Africa, crossing the Atlantic. He faced severe storms and, at one point, his sailboat got trapped between two sleeping whales.

Second Leg: Cape Town to New Zealand From Cape Town, he crossed the Indian Ocean, reaching New Zealand in 104 days. The sea conditions were extremely challenging, but Dumas persevered.

Third Leg: New Zealand to Valparaíso From New Zealand, he sailed to Valparaíso, Chile, overcoming significant challenges during this leg as well.

Fourth Leg: Valparaíso to Buenos Aires Finally, from Valparaíso, he crossed Cape Horn and reached Mar del Plata. After a rest, he sailed to Montevideo and then back to Buenos Aires.

Publications Many of his experiences were recorded in his books "Alone, Heading for the Southern Cross" and "The Roaring Forties," where he recounted his adventures and challenges.

Subsequent Attempts and Retirement

Trips to the United States After his circumnavigation, Dumas attempted to travel to the United States twice, one of them in 1946. In one notable voyage, he sailed from Buenos Aires to New York but faced numerous challenges, including a lack of provisions and water.

Last Attempt in 1955 In 1955, he made his final attempt at a significant voyage but was unsuccessful. From then on, he retired from active sailing, dedicating himself to painting and enjoying a more tranquil life.

Death and Legacy

Death Vito Dumas passed away on March 28, 1965, at his home in Olivos, due to a stroke. His death was widely covered by the press, highlighting his adventurous life and legacy as one of the great solo sailors.

Posthumous Recognitions In 1992, his son Vito Diego Dumas visited the Museum of Transport in Luján, where the Lehg I was on display. The family contributed materials to restore and maintain the boat in optimal conditions for future generations. His legacy remains a source of inspiration for sailors and adventurers worldwide.

Media Coverage

Coverage in La Nación The newspaper "La Nación" described his death as the end of a symbol of romanticism and audacity in sports, emphasizing his adventurous spirit and ability to face the sea's challenges.

Remembrance and Tributes Dumas is remembered as one of the last romantics in sports, a symbol of audacity, courage, and determination. His life and feats continue to inspire new generations of sailors and sea lovers.

Conclusion

Vito Dumas' life is a testament to perseverance and courage. His achievements in solo sailing and his indomitable spirit make him an iconic figure in maritime history, whose legacy endures in the collective memory and the hearts of those who value audacity and adventure.



15/6/08

GUARANI

El Buque de Salvamento "Guaraní" (R-7) , era el ex US Army L.T. 817 construido en Marietta Manuf. Co de EEUU en la 2ª Guerra Mundial. El Gobierno Argentino lo compra en 1946 por u$s 139.000.- junto con el "Charrúa", del cual era gemelo.

Se lo clasifica como remolcador a su llegada y durante diez años opera en socorrer a distintos buques en emergencia, entre ellos al transporte "Patagonia" en 1948; al mercante "Montreal" en 1951; el "Río Santa Cruz" en 1952; la busqueda infructuosa del "Lucho IV" en 1952 también. En 1954 se lo reclasifica como Buque de Salvamento y asignado a Ushuaia.

La emergencia

En Octubre de 1958, siendo su comandante el Capitán de Corbeta Gerardo Zaratiegui, un drama comienza a desarrollarse en la Antártida: el Cabo 2º Cocinero Mario Oliva, del Destacamento Naval "Melchior" sufre un ataque de apendicitis, e intervenido quirúrgicamente, requiere su tratamiento plasma y medicamentos, para lo cual se destaca un avión DC-4 de la Aviación Naval, el C. T. A. - 2.

Pérdida del buque

Para prestarle apoyo logística y metereológico desde el pasaje de Drake se designa al A. R. A. "Guaraní". Completa rápidamente su tripulación con personal del buque y de la Base Naval de Ushuaia -parte de su gente está en uso de licencia ordinaria- y zarpa para el Drake el 14 de octubre a 6.00 horas.

El tiempo es el común en la zona y en la época: un gran temporal del oeste levanta enormes olas y el frío y el viento convierten en tortura la exposición al aire. El 15 de octubre se realiza el vuelo, con pleno éxito, pues se arrojan con paracaídas ocho bultos sobre Melchíor, de los cuales se logran recuperar siete.El "Guaraní" capea ese día un fuerte temporal, a diez millas al Suroeste de Isla Nueva e informa que busca refugio en dicha isla, para reparar una avería en una tapa escotilla, por la cual embarca agua en popa y en máquinas. Una comunicación posterior, que se trunca, es el último vestigio del buque (7 millas al Sur del Cabo Hall).


La tripulación


Oficiales






Comandante:
Capitán de Corbeta
Gerardo Zaratiegui.
2º comandante:
Teniente de Navio Jorge E. Palet
Teniente de Fragata Nelson E. Patterlini
Teniente de Fragata Edgardo R. Cabral Teniente de Fragata Juan C. Sanguinetti Teniente de Fragata Médico Elias Tanus

Suboficiales

Domingo Tasisto Julio Aguirre José C. Rornero
Cabos Principales
Fernando A. Diaz Pascual Americo Gragnaniello (*)

Cabos

Pedro T. Pereyra Sinbaldo, Quiñones Orlando Meinardi
Luis Moyano Vicente S. Bolloli Francisco Alfonso
Salvador Suárez Marcelo T. Spiazzi Ramón Palacio
Julio C. García Carlos A. Serbini Leonel H. Cruz
Jorge Druetto Tomás R. Torres

Marineros

Francisco Pimienta Arrnando Neme Héctor Quinteros
Oscar A. Vera Andrés Viquera

Conscriptos

Jorge H. Gogorza Jorge B. Jacob, Oscar La Marca
Salvador Gilabert Expedito A. Checón Tomás Cabral
Juan B. Alarcon Hermenegildo Encinas

......................y todo indica que fue un error garrafal el enviar ese buque a la Antártida (o como "aviso de estación" a Ushuaia, desde el vamos), ya que siendo originalmente un buque de río (pertenecía a la US Army, no a la US Navy, y era utilizado para transportar municiones por el río Misissippi), su borda era bajísima como para aventurarse en alta mar (ver foto; casualmente, la última comunicación recibida del buque, durante el temporal que lo hundió, mencionaba que estaban "ingresando agua por la escotilla de popa"). Pero era lo que había, y se cumplieron las órdenes dadas... como tantas otras veces en la Armada (en la de antes, por lo menos...).,,,,,,,,,,,,,,,,,(Horacio Zaratiegui)






4/6/08

En corazón de mares



A PROPÓSITO DEL 12 de OCTUBRE DE 1492 - SEFARAires Nº30 / 2004 . TESTIMONIOS SEFARADÍES .

Enviado por Israel Bar Yehuda (desde Israel)(*)

En el año 5283 del calendario judío (año 1523), yo Yosef Ben Halevi Haivri, conocido con el nombre de Luis de Torres, “escribo esta historia por recuerdo, después que retire a el mundo muevo en el país de Chile, en la quala me dieron el rey i la reina una heredad en el vaye Copiapo detrás de los cordilieros”
Nací en la ciudad de Córdoba, conocida por los judíos como La Ciudad Buena, en Andalucía, España y puedo contar sólo algunos de los sufrimientos acaecidos en mi vida, junto a mi familia, escritos por personas mucho mayores que yo. Mi padre y mi abuelo, eran escribas de la Torá y yo crecí y me eduqué entre libros sagrados, así tuve el privilegio de ser compañero del gran Noble Christopher Colón, salido de nuestro país a la tierra del gran Emperador de la India, después que recorrió el país buscando un judío que entendiera la lengua hebrea para poder, con ayuda de Dios, hablar cuando encontrara las Diez Tribus en la nueva tierra.
Fui elegido y embarqué con él, pasaron muchos días hasta que arribamos en noche de shabat al continente nuevo, a las dos después de medianoche, que era noche de Hosanna Rabá de 5253 (año 1493) y que quedará siempre en mi memoria y por eso me siento a escribir esto para las generaciones que vendrán.
En el día de la violencia, Tisha Beav del año 5252 (1492), día de angustia, castigo e insulto, en que salió de España la mitad de la gente que en su momento dejó Egipto, 300.000 almas entre hombres, mujeres y criaturas, estaban en las naves con médicos como Marco y Birnal, Don Rodrigo y su tío Don Gabriel San-Shez, y los marineros djidios, Alonso de la Quer, Rodrigo de Triana, Juan Cabariera, entre otros. El mar estaba tempestuoso tanto que era preferible la muerte, solamente el Gran Noble, estuvo todas las noches en su puesto tocando con su cabeza los cielos y las estrellas.
Me acuerdo y merece escribirse, que una vez Don Marco deseó burlar a Colón, diciéndole: Don Cristopher, estás borracho, borracho de las estrellas! El nos miró con tal altura y desdén, que todos nos quedamos espantados y lo miramos con gran admiración.
Recién en septiembre, al arribar a Zaragoza, en los Yamim Noraim (10 días desde Rosh Hashaná a Kipur), las tormentas calmaron un poco; allí el mar estaba cubierto por hierbas, como un banco de arena en el centro del mar, una vista maravillosa. Así pasamos Rosh Hashaná en reposo, hasta el 30 de septiembre, que era noche de Shabat y la noche de Iom Kipur. Las aguas se calmaron y la mitad de la luna salió de su escondite para aclararnos el camino.
Tres naves navegaban con tranquilidad, como si estuvieran descansando del trabajo duro pasado. Yo, parado, con talet y voz agradable (mi voz es hermosa desde la infancia y hasta hoy, ya anciano), entono la tefila del Kol nidré y el eco se expande por la "Santa María", donde estuve. Además se sintió en la "Pinta", en la cual estuvo Don Juan de Cavariera, que cantó con gran entusiasmo la tefilá detrás de mí y también llegó a la “Niña”, donde estaba el joven marinero Rodrigo de Triana, que era el hazán y así las voces de la tefilá y los cantos de las tres naves subieron juntas hacia las alturas.
En la noche de Kipur, me llamó Don Cristopher Colón. Había perdido la esperanza, estaba sentado triste frente a sus planos sin moverse de al lado de ellos, eran diagramas de cálculo del Rabí Abraham Zacuta y eran para Colón en los viajes, como sus propios ojos.
Sentado, Colón comenzó a contarme la historia de su vida. Era de una familia pobre y los españoles no le perdonaban esto, dijo. ¿Y lo difamaron siendo judío también? Quién sabe. Súbitamente me preguntó – dime Torres, ¿es verdad que el símbolo del pueblo de Israel es la paloma? Y mi apellido es colomba ¿verdad?. Sin esperar respuesta, abrió un libro de cuero y me leyó lo que había escrito en esos días embarcado: “ Era en el día en que fueron expulsados los judíos de España por nuestro Rey Fernando, en que me dieron fuerza para buscar nuevas rutas, en la tierra antigua del mar de muerte y de oscuridad.”

Así sentados y leyendo estuvimos hasta que la parte oriental se puso plateada y nos despertamos como en un sueño. Pasaron unos cuantos días hasta llegar Sucot, donde empezó
una esperanza nueva en los marineros de origen judío. Dios mandó los primeros signos del continente: días enteros las gaviotas revoloteaban sobre las naves y las ramas flotaban a nuestro alrededor. El joven marinero Alfonso de Quier, extendió su mano y sacó del mar un ramo verde, el mismo que mandó el bendito Dios para hacer la mitzvá (obligación), costumbre en Hoshana Raba.
Por la noche de esta celebración, estando todos los marineros durmiendo, la luna tardó en aparecer. Rodrigo de Triana no podía dormir, pues es costumbre de nuestros padres estar despiertos y orando por la Salvación. Con el Libro de los Salmos en su mano, escrito en lengua de España, se encontraba sentado meldando (leyendo) en la claridad de la luna."yordei haiam ba'oniyot," (los marineros en las naves) y concluyó con "vaismehu qui itzhaqu vayinahem el mehoz hefzam" (se llenarán de alegría y risa y arribarán a la región que buscan). Continuó leyendo en hebreo con melodía, doce veces como las ”doce tribus”, la frase: " leolam Adonay debarha nitzav bashamaim" – "para siempre Dió, tu dicha parada en los sielos". Después comenzó a decir para sí: "Hosha'na !, Hosha'na “ (Sálvenos!, Sálvenos !) y sus ojos vieron luces brillando a los lejos, no era fantasía, habían arribado al continente.
Merece escribirse aquí en este libro, las palabras auténticas: como atacado de una locura, el Dió que mos guadre, Rodrigo corrió como un maniático, como borracho de las estrellas. Con voz extraña llamó al Capitán Cristopher: "tierra!, tierra!, Dios nos salvó, tierra! tierra, el Dio nos salvó!”.

The Santa Maria, Pinta and Nina


Se despertaron los marineros de las tres naves. Todos saltaban, bailando y gritando y nosotros los hijos de Israel, yo Yoseph hijo de Halevi y mis amigos, con él (Colón), don Marco, don Bornal, don Rodrigo, don Gabriel y los marineros de Israel, Alonso de la Quier, Juan Cabariera y el grande de todos (Rodrigo de Triana), juntamos a las palabras "tierra y luz" la palabra hebrea: Hosha'na! Hosha'na!, bailamos y loamos delante del Bendito, en el corazón de los mares".
(*) Traducido al judeo-español en nuestra redacción.

27/5/08

Cutty Sark


El Cutty Sark fue, en 1869, uno de los últimos veleros de tipo clipper en ser construidos. Se conserva en dique seco en Greenwich (Londres). Fue gravemente dañado por un incendio el 21 de mayo de 2007 cuando se encontraba en plena restauración.


Debe su nombre a un personaje de ficción llamado Cutty Sark, una bruja danzarina de un poema cómico de Robert Burns publicado en 1791.
Fue diseñado por el ingeniero naval Hercules Linton y construido en 1869 en Dumbarton (Escocia) por los astilleros Scott & Linton. Fue botado el 23 de noviembre de ese mismo año.


El Cutty Sark fue destinado al comercio de té que, en aquella época era muy activo en las líneas entre China y Londres. Este comercio generaba grandes beneficios si se llegaba a Gran Bretaña con el primer té de la temporada. Sus inicios no fueron muy prometedores. En la carrera del té de 1872 contra el clipper Thermopylae ambos buques abandonaron Shangai juntos el 18 de junio pero el Cutty Sark quedó descolgado dos semanas después tras sufrir una avería en el timón a su paso por el estrecho de Sunda. Llegó a Londres el 18 de octubre, una semana después que el Thermopylae. A pesar de que había perdido la carrera, el Cutty Sark se hizo famoso porque su capitán prefirió continuar el viaje con un timón improvisado antes que detenerse en un puerto para efectuar las reparaciones.

A finales del siglo XIX los clipper fueron sustituidos por los barcos de vapor en la carrera del té. Podían pasar a través del Canal de Suez y, además, la entrega de la carga era más fiable. El Cutty Sark fue destinado entonces al comercio de lana con Australia. Bajo el mando del respetado capitán Richard Woodget consiguió transportar cargas de lana en sólo 67 días. En esta época consiguió su mejor marca, 360 millas náuticas (666 kilómetros)en 24 horas de navegación a una media de 15 nudos (27,7 km/h).

En 1895 el Cutty Sark fue vendido a la naviera portuguesa Ferreira y se rebautizó con ese nombre. Su tripulación portuguesa, no obstante, se refería al clipper como "Pequena Camisola" que es la traducción de la palabra escocesa "Cutty Sark". En 1916 fue reformado en profundidad, reconvertido en goleta en el puerto de Ciudad de el Cabo (Sudáfrica) y rebautizado como "Maria do Amparo". En 1922 el capitán Wilfred Dowman compró el buque, lo devolvió a su aspecto original y destinó la embarcación como buque de entrenamiento. En 1954 fue llevado a Greenwich y emplazado en dique seco.

El Cutty Sark tiene también su hueco en la literatura gracias al poema de Hart Crane, "The Bridge", publicado en 1930.

El Cutty Sark es uno de los tres barcos que quedan de la era de los clipper. Posee estructura metálica y cubierta de planchas de madera.
Proa del Cutty Sark
Proa del Cutty Sark
  • TRB (Tonelaje de Registro Bruto): 921 toneladas
  • Eslora: 64.8 metros
  • Manga: 11 metros
  • Puntal: 6.4 metros
























































El siguiente material fué obtenido de

http://www.cuttysark.org.uk

1870-1878: The China Tea Years


On 16th February 1870, the Cutty Sark left London bound for Shanghai, via the Cape of Good Hope, on her first voyage. Commanded by Captain George Moodie, she carried "large amounts of wine, spirits and beer” (Captain’s abstract log). The arrival of the ship at Shanghai, with “manufactured goods”, is listed in The North China Herald of 2nd June 1870. Departing with around 1,450 tons of tea on 25th June, she arrived back in London on 13th October 1870.
This is the first of 8 voyages the ship successfully made to China in pursuit of tea. However, the Cutty Sark never became the fastest ship on the tea trade. Dogged by bad winds and misfortune, she never lived up to the high expectations of her owner during these years. The closest the ship came to winning the tea race was in 1872, when she had the opportunity to race the Thermopylae head-to-head for the first time.
After arriving at Shanghai in late May 1872, she met the Thermopylae when loading her tea cargo. With both sailing from Woosung on 17th June 1872, the two ships closely matched each other through the China Sea and into the Indian Ocean. By 7th August, and with a good tail wind, the Cutty Sark found herself a good 400 miles ahead of the Thermopylae. On 15th August, disaster struck when the Cutty Sark’s rudder gives way. After reconstructing the rudder twice in heavy seas, the ship arrived back at London on 19th October, around 7 days after her rival. The courage and determination of Captain Moodie and his crew won the Cutty Sark great credit, but Moodie retired from his command of the ship due to stress and the ship was never to get this close to winning the tea race again.

1878-1883: Tramping for cargoes

Cutty Sark successfully collected her last Chinese tea cargo in 1877. In December of that year, the ship departed London bound for Sydney for a coal cargo, and then went onto Shanghai. Arriving at China in April 1878, the ship’s master, Captain Tiptaft, could not consign a tea cargo. By this time, steam ships had taken over this trade.
Steam ships had arrived onto this market with the opening of the Suez Canal in 1869. The Canal gave the steam ships a quick and direct route from the Mediterranean into the Red Sea, whilst the sailing ships were unable to access the Canal because of their reliance on the trade winds that gusted around the coast of Africa.
Unable to find a tea cargo, Captain Tiptaft died at Shanghai in October 1878. His First Mate, James Wallace, was promoted to the command of the Cutty Sark.
With tea no longer available, the ship started to take different cargoes of various qualities around the world. For example, she took coal from Nagasaki in Japan to Shanghai; jute from Manila to New York; and jute, castor oil, tea and the Australian mail from Calcutta to Melbourne in March 1881.
In 1880, the ship’s First Mate, Sidney Smith, by all accounts a bully and disliked by the crew, killed (with considerable provocation) seaman John Francis. Smith was confined to quarters, but at Anjer Captain Wallace connived at his escape. The crew, incensed, downed tools and refused to work resulting in most of the sailing being done by the six apprentices and four tradesmen. On 5th September the ship was becalmed in the Java Sea for three days. With the guilt, calm, steaming heat and realisation that his career was finished, Wallace jumped overboard. Although a rescue attempt was mounted, the only sign of Wallace was the number of sharks swimming furiously about…
To make matters worse, on arrival at Anjer, William Bruce was transferred from the Hallowe’en and appointed Master of the Cutty Sark. By all accounts, Bruce was an incompetent, drunken master who connived with the Mate to remove the expensive Australian crew members, pocketing their wages. He was also negligent, failing to pick up enough provisions, resulting in the crew becoming half starved. On arrival at New York in April 1882, it appears that an inquiry was held into the conduct of the Master and the First Mate, resulting in them being suspended from service and the crew were given a discharge.
As a result, Captain F. Moore and his Mate were transferred from the Blackadder to the Cutty Sark and it was under his command that the ship embarked upon her most successful period of working life.

1883-1895: The Australian Wool Years

In July 1883, the Cutty Sark left Gravesend bound for Newcastle N.S.W, arriving in October. After loading 4289 bales of wool and 12 casks of tallow, she departed in December 1883 and arrived back in London in March 1884. Her return passage of 83 days was the best of the year, beating every ship sailing at about the same time by 25 days to over a month. This was a remarkable feat, considering that the Cutty Sark was now 14 years old, almost halfway through her expected working life of 30 years.
Captain Moore left the ship in 1885, and was replaced by the most successful Master who ever commanded the Cutty Sark; Richard Woodget. Captain Woodget’s skill lay as a successful man-manager and fearless navigator, getting the best out of both the ship and his crew. In order to catch the Roaring Forties trade winds, encountering some of the most violent gales and seas on Earth, Woodget would travel further south than any previous commander. This was perilous, as the ship came into frequent contact with icebergs around Cape Horn (the southern tip of South America). Woodget was also a keen photographer and he has left many striking images of the ship passing icebergs as well as shots of her in Sydney harbour.
Fortunately, the ship survived and produced stunning passage times. On his first voyage in command, the ship sailed from England to Sydney in 77 days, and returned to the UK from Australia in 73 days. This was the start of 10 years domination by the Cutty Sark in the wool trade. The ship soon established herself as the fastest vessel, the ‘last chance’ ship to make the English January wool sales.
In July 1889, the Cutty Sark was involved in a famous incident with the crack P&O steam ship Britannia. On the night of the 25th July, Britannia, doing between 14.5 and 16 knots, was overhauled by the Cutty Sark doing a good 17 knots. Robert Olivey, Second Officer on Britannia, watched the lights of the sailing ship overhauling his vessel with amazement and called Captain Hector. Neither could have known it was Cutty Sark, and Britannia’s log read with great amazement, “Sailing ship overhauled and passed us!”
In January 2006, letters written by Clarence Ray (apprentice on board the Cutty Sark in 1894) were brought to light by Dick Ray, his great-nephew. This important archive reveals how a fifteen year old boy lived and worked alongside his shipmates. In particular, he writes to his mother about the food on board the ship (including the delights of "Salt Tram Horse", "Leu Pie" and "Junk and Spuds"), dodging Captain Woodget's vicious collie-dogs, how the ship was swamped by the sea in bad weather and his duties, which included rowing the Master ashore for picnics, while the ship was in harbour.
As steam-ships moved further into the wool trade in the 1890s, the Cutty Sark began to make less money for her owner. After the ship returned to the UK from Brisbane in 1895, Jock Willis sold her to a Portuguese firm, J. Ferreira & Co. for £2,100. Woodget transferred to the Coldinghame, and the Cutty Sark left British ownership.

1895-1922: The Portuguese Years

The Ferreira at Birkenhead, about 1910
After being sold to J. Ferreira & Co. Cutty Sark was renamed the Ferreira. Reminiscent of her days in the late 1870s and early 1880s, Ferreira tramped various cargoes mainly between Portugal and her empire, and was a regular visitor to Rio, New Orleans, Mozambique, Angola and the UK. In the twentieth century she traded regularly between Oporto, Rio, New Orleans and Lisbon, and her crew claimed she was still capable of doing sixteen knots.
In October 1915 Portugal declared war on Germany which meant that the ship was in constant danger of being sunk by enemy naval activity. She survived unscathed until May 1916, when the rolling of the ship in bad weather led to the dismasting of the main mast and everything above the fore lowermast and the mizzen top-masts. Badly damaged, Ferreira was towed into port, arriving at Table Bay, South Africa. The cost and rarity of adequate masts and yards due to the war meant that she was converted into a barquentine (fore and aft rig) over an eighteen month period at Cape Town.
By January 1922 Ferreira ran into a Channel gale, and the captain put into Falmouth harbour to repair the damage. Wilfred Dowman, a retired windjammer skipper and owner of the training ship Lady of Avenel, saw the ship and set out to buy her. However, she returned to Lisbon without further mishap and was sold to a new Portuguese owner who changed her name to Maria do Amparo. But Dowman still wanted the ship, and at a price of £3,750 (more than what she was worth even in 1895) it was brought back to Falmouth.
In 1923 her old name and nationality was restored; the Cutty Sark had returned to British ownership.

1922-1938: The Falmouth Years

A restored Cutty Sark in Falmouth harbour, around 1924
After saving the Cutty Sark for the nation, Wilfred Dowman restored the ship to a close approximation of her appearance as a tea and wool clipper. This was a considerable feat, due to the shortage of necessary materials caused by the First World War. She was also the first historic vessel since Drake’s Golden Hind in the sixteenth century to be opened to the public, and oral history interviews have revealed how boatmen used to take many visitors out to the ship.
The Cutty Sark was used as a cadet training ship, where half a dozen boys from different backgrounds would live on board and train for a career in either the Royal Navy or the Merchant Marine.
However, Captain Dowman died in 1936, and his widow decided that she was unable to maintain the ship at her own cost. Therefore, the Cutty Sark was sold to the Incorporated Thames Nautical Training College, Greenhithe, and left Falmouth in 1938 accompanied by cheers from well-wishers and hoots from vessels in the harbour. This was the last time that she went to sea.

1938-1954: The Years

Cutty Sark alongside HMS Worcester, Greenhithe, around 1938
In 1938, the Cutty Sark arrived in Greenhithe, Kent, as an auxiliary vessel for the cadet training ship HMS Worcester. The ship continued her role in training officers for service in the Royal and Merchant Navies, which was soon to be vital with the outbreak of the Second World War in 1939.
In her early days at Kent, the ship was regularly used for sail-training drill and was lovingly maintained by cadets who were inspired by the ship’s record-breaking history. However, by the early 1950s, the College acquired a newer training vessel and were unwilling to keep the Cutty Sark. A new home had to be found.
In 1951, the ship was sent to London, to be moored in the Thames as part of the Festival of Britain celebrations. Returning to Greenhithe, it was not long before her plight became noticed by those determined to save her from the scrap-yard.
The Cutty Sark Society was formed by Frank Carr, Director of the National Maritime Museum, and patronised by HRH The Duke of Edinburgh. In a special ceremony, just before the coronation of Queen Elizabeth II, Prince Philip took possession of Cutty Sark on behalf of the the society.

1954 - date: The Greenwich Years




In December 1954, in an event of such significance it was captured by BBC cameras, the Cutty Sark was towed into a specially constructed dry dock at Greenwich. Three years of painstaking restoration work followed, taking the ship back to her tea clipper appearance. She has remained in Greenwich, in her dry-dock, to this day.
Since her official opening in 1957 by HM The Queen (broadcast live on the BBC), Cutty Sark has been visited by over 15 million people from all over the world. Now, over 135 years after her launch (long since outliving her life expectancy of just 30 years), she is in urgent need of conservation. Keep checking the website for updates on the Cutty Sark Conservation Project, and from Spring 2007, a temporary visitor facility will be open, explaining why we are conserving the ship and the process of conservation.

Why is the ship called the Cutty Sark? The Burns Story


Painting of Tam O'Shanter. Nannie (left) is wearing her"cutty sark"
There is an old Scottish legend that was later turned into a story by Robert Burns. This story is about a farmer called Tam O'Shanter.
It was very late on a dark and stormy night when Tam, who had been to Market to sell his wares and had called at the local inn afterwards for a few drinks, began his journey home. Tam was riding his old mare Meg down a lonely road, when he drew close to the church at Kirk Alloway.
Through the cold night air he heard a strange and scary sound, and as he looked into the night sky he saw the glare of fire!
There, in the churchyard, dancing around a huge bonfire was a coven of witches and warlocks. Tam sat on his horse, rigid with terror! The witches danced on and Tam noticed that one of the hags was younger and more beautiful than the others. Her name was Nannie, but Tam didn't know this; all she was wearing was a short petticoat so he called her 'cutty sark', which is an old regional Scottish name for this garment.
Well, the dancing became wilder and wilder and Tam became more and more engrossed. At last, he could bear the suspense no longer and he shouted out,
"Weel done 'cutty sark'!"
With a flash the bonfire went out, and a soul-tearing howl went up from the witches and warlocks, as they began to race towards Tam, desperate to get to this mortal who had ruined their revelry.
Poor Tam. He was in fear of his life, and for a moment just sat there, but after a few seconds that seemed like lifetimes, he managed to spur Meg on, in a desperate race to save his life.
Now, witches cannot cross running water, and fortunately for Tam, the river Doon was nearby. He set Meg galloping madly towards the bridge, with the witches in hot pursuit.
Nannie, being younger and faster than the rest, was the closest to him, and was reaching out to grab Meg’s tail, just as the mare reached the bridge.
Luckily for Tam (although not so for Meg), the horse's tail came away in Nannie's hand just as the mare galloped over the bridge. Tam was saved! The witches and warlocks stood on the river-bank cursing and screaming at Tam who had had a very narrow escape.
This was the story that inspired the naming of the Cutty Sark. Although we do not know why the name was chosen, Jock Willis was a well-read man who enjoyed poetry. During his time as a ship's captain, he would read French novels in his cabin. He also named one of his other ships the Hallowe'en, the title of another Burns poem. Although "cutty sark" was a little unusual, it certainly suits a sleek, swift tea clipper, giving her an air of magic and mystery.

22/5/08

A.R.A. FOURNIER

LA PERDIDA DEL A.R.A. "FOURNIER"






El Rastreador A.R.A. "Fournier", botado el 5 de agosto de 1939 fue construído en el Astillero "Sánchez y Cía." de la provincia de Buenos Aires, e incorporado a la Armada Argentina el 13 de octubre del año siguiente. Destinado a la Escuadrilla de Rastreo y Minado tenía su apostadero en la Base Naval de Puerto Belgrano, su primer comandante fue el Teniente de Navío Ernesto del Mármol.
El "Fournier" apoyó la Campaña Antártica 1942-43, operó con la Flota del Mar, fue buque de estación en Ushuaia, rescató en medio de grandes temporales al remolcador Olco y al velero chileno Cóndor, y en junio de 1947 llegó a la Base Antártica Decepción. En 1949, bajo el mando del Capitán de Corbeta Carlos Negri, sus tareas de rutina incluían el patrullado de los canales fueguinos, el apoyo a la Base Naval de Ushuaia y eventuales labores de salvataje. El 17 de septiembre de ese mismo año arribó al puerto de Río Gallegos, luego de haber recorrido los canales con dos distinguidos pasajeros: el Dr. Raúl Wernicke -prestigioso físico y químico, por entonces Decano de la Facultad de Agronomía y Veterinaria de la UBA- y su hijo Julio, estudiante de medicina, quienes iban en busca de especímenes exóticos de fauna marina austral.


El Fournier zarpó de Ushuaia a las 7.40 hs. del 21 de septiembre, dispuesto a internarse por el intrincado estrecho de Magallanes, pasar por territorio chileno y regresar a Ushuaia. Ese mismo día, a las 16.30 hs., sus tripulantes comunicaron por radiotelégrafo que estaban pasando frente al faro Punta Delgada, en la primera angostura del estrecho. En horas de la noche, cuando el buque cruzó frente al faro San Isidro, el pronóstico meteorológico no era favorable para la navegación: soplaban vientos del noroeste a una velocidad de 20 nudos, se anunciaban nevadas y chaparrones, la visibilidad era de 2 a 4 kilómetros y la temperatura estaba por debajo de los 0 grados. Llegadas las primeras horas de la mañana del 22 de septiembre de 1949 era imposible comunicarse con el Fournier desde la Base Naval de Ushuaia, por lo que al día siguiente se inició su búsqueda por agua y por aire, dificultada por las tempestades y la niebla constantes. Participaron en las operaciones de rastreo, entre otros, el transporte San Julián, el rastreador Spiro, los remolcadores Chiriguano y Sanavirón, el buque hidrográfico Bahía Blanca y la fragata Trinidad.
Finalmente, el 4 de octubre de ese mismo año los diarios del país anunciaron en primera plana el naufragio del Fournier en Punta Cono -accidente geográfico de la isla Dawson, localizada a 54° 10' de latitud S y 71° de longitud O y rodeada por canales de entre 450 y 530 metros de profundidad promedio-, a la entrada del canal San Gabriel, 60 millas al sur de la ciudad chilena de Punta Arenas.


 

Las circunstancias de su desaparición hacen suponer que el rastreador se hundió al chocar contra una piedra no marcada en la carta de navegación que abrió un surco en el casco de la nave e hizo que se anegaran los compartimentos, o que, en medio del temporal, una ola lo escoró sin darle tiempo a enderezarse. La tripulación del Fournier estaba integrada por 77 marinos. No hubo sobrevivientes y el casco quedó para siempre en el fondo del mar. Sólo fue posible rescatar los restos de algunos de los tripulantes, que fueron trasladados a Buenos Aires por la fragata Heroína, con su bandera a media asta. El servicio que la Armada y el gobierno argentinos ofrecieron a las víctimas encontradas sirvió de homenaje a todos los fallecidos en el trágico y misterioso accidente.

La pérdida del Fournier fue un verdadero duelo nacional, y en su memoria y en la de sus tripulantes y pasajeros se efectuaron numerosos actos oficiales y privados, entre ellos el lanzamiento, por parte de los aviones del Centro Universitario de Aviación, de ofrendas florales en las aguas del Río de la Plata en la esperanza de que llegaran a los lejanos canales fueguinos, y la plantación de 79 árboles formando la palabra "Fournier" a un costado de la autopista que se dirige al aeropuerto de Ezeiza.

Características de la Nave
  • Buque tipo Rastreador.
  • Eslora: 59 m.; Manga: 7,30 m.; Puntal: 3.50 m.; Calado medio: 2,27 m.; Tonelaje: 554 tns.
  • Armamento original: 2 cañones de 101 mm.; 2 ametralladoras A.A. de 20 mm.; 2 ametralladoras a. A.A. de 7,65 mm. Equipos de cortado de minas (paravanes y rastras).
  • Máquinas: 2 motores MAN Diesel de 2 ciclos, 2000 HP.
  • Velocidad: Máxima: 16 nudos; Económica: 12 nudos.
  • Combustible: Fuel-oil. Capacidad: 50 toneladas. Radio de acción: 3000 millas a 10 nudos.
  • Tripulación: 70 hombres.
Cesar Fournier, un marino olvidado

En nuestra guerra de corso con el Imperio del Brasil (1826-1828) una personalidad se destaca con vigoroso relieve, la de Cesar Fournier, seguramente el más eficaz de nuestros corsarios.
No se conocen sus antecedentes anteriores a la guerra, pero a falta de biografía hablan sus hazañas de sólo dos años y la audacia de su genio.
Nació en Livorno, puerto de mar de la Toscana, perteneciendo su padre a la nobleza de Francia y exiliado en esa ciudad por razones políticas. Cuando tenía 36 años, Fournier adquirió una nave a la que llamó "La Cesar", y se hizo a la vela con destino a Buenos Aires donde llegó a fines de 1824.
En enero de 1826, el Gobernador de Buenos Aires, Gregorio de Las Heras, a cargo de las Relaciones Exteriores de la Provincias Unidas, autorizó el corso contra los buques y propiedades del Emperador del Brasil y sus súbditos. Las naves con patente de corso eran fletadas por particulares y así Cesar Fournier, comisionado por el comerciante Vicente Casares, participó intensamente en la acción corsaria contra Brasil con la barca Congreso, de larga actuación en la Escuadra de Brown, ahora con patente corsaria. En 1827 navega las costas brasileñas durante casi tres meses atacando al comercio en las aguas próximas a Salvador y Río de Janeiro, capturando alrededor de 24 presas, realizando desembarcos y hasta planeando la captura del Emperador Pedro I.
El gobierno nacional ascendió a Fournier al grado de Teniente Coronel y en enero de 1828 lo comisionó a Estados Unidos para adquirir naves. Ya en navegación de regreso a nuestro país, los tres buques que formaban una nueva escuadra, enfrentan un terrible temporal que hunde dos de ellos, pereciendo en estas circunstancias este notable marino.
El olvido y la ingratitud sobre la memoria de los marinos de entonces, también se ensañó con Fournier, al punto que el nombre de este recio hombre de mar es desconocido para los argentinos
El hundimiento del Fournier
Recomiendo la lectura de todo el artículo, este es un ejemplo de la clarividencia de Solari Parravicini, cuya visión podran cotejar con las historias oficiales y sacar sus propias conclusiones.



Rastreador "Fournier"



Relato de Solari Parravicini
"Una noche, éramos en mi taller varios amigos en amena charla", en un almuerzo amigo. "Éramos varios y uno de ellos dijo: “Experimento una rara sensación que no puedo explicarla, pero me angustia”.
Entonces, según los presentes, yo exclamé en fuerte grito:
¡Qué terrible! ¿Por qué mi compañero de cabina me mira con un desmesurado ojo abierto? ¿Por qué las almohadas y los objetos flotan contra el techo? ¿Por qué estoy bajo el agua salada del mar? ¡Oh! ¡Qué frío espantoso! ¿Por ello gritan hombres que no veo? Pero ya veo el fondo del mar en noche. ¿Por qué mi cuerpo está en la cama y camino la cubierta entre peces y hombres muertos?".
Alguien dice: "El barco se hundió, fue una explosión de los artefactos ocultos, fue imprevista y lo despedazó."
"El sabio que traía el artefacto con dos personas más, viajan en una chalupa con provisiones hacia la costa, pero morirán de frío; otra chalupa igual va, e igual perecerá.
“Estoy en el mar, estoy en la cabina, soy sin cuerpo, no sé quién soy, mas tengo manos que se crispan; y el que habló, prosigue nombrando en llamado a la tripulación”, “Apunten sus nombres para avisar a las familias, porque todos están ahogados. Nada sabrá nadie hasta dentro de tres días, será necesario que así sea y suceda”
Aquí desperté de un trance que no advertí. Estaba helado como los amigos. ¡Mi estudio olía a mar!
Tres días después los diarios de la mañana anunciaron el "Naufragio del Fournier"
















Informe del Comandante Hugo Alsina Calderón sobre el naufragio del ARA Fournier

De Wikisource, la biblioteca libre.
Wikipedia


En el año 1949, las relaciones entre Chile y Argentina se mantenían dentro de lo que era considerado normal en esos años, es decir dentro de una fría formalidad. La zona austral de nuestro país se encontraba bastante descuidada por los sucesivos gobiernos chilenos y eran frecuentes las incursiones de naves de guerra argentinas en los canales fueguinos chilenos, para llegar a Ushuaia, en el Canal del Beagle.

A mediados de septiembre de ese año, el patrullero Lautaro regresaba a su base en Punta Arenas, después de una comisión de reabastecimiento de faros en la parte oriental del estrecho de Magallanes. Al atracar al muelle, llamó la atención que el propio Almirante, Comandante en Jefe de la III Zona Naval, estuviese, en persona, esperando a la pequeña nave, junto a dos camiones cargados con víveres y elementos de auxilio y rescate. El Almirante subió rápido a bordo y se reunió con el Comandante en su camarote: ... ¿Qué pasaba? Poco después se supo. Una nave de guerra argentina, el aviso Fournier, había zarpado hacia una semana desde Puerto Belgrano, en la parte argentina de la Patagonia, con destino a Ushuaia y no se tenían noticias de él y la Armada de ese país pedia auxilio para encontrarlo.

La misión asignada al Lautaro era aprovisionarse y zarpar de inmediato en busca del buque perdido, lo que se hizo en el brevísimo lapso de tan sólo una hora, sin tener tiempo la tripulación de ir a sus casas o siquiera avisar a sus familias de las cuales ya estaban ausentes largos dias.

Todas las consultas hechas a las autoridades navales argentinas, sobre la ruta que se suponía que habría debido seguir el buque, fueron infructuosas. Nadie decía nada. Ni siquiera informaron si es que el buque había dado alguna posición después del zarpe. La Armada Argentina estaba hermética.

El zarpe del Lautaro fue tan rápido y urgente, que apenas alejados algunas millas del puerto, el buque paró sus máquinas y todos los oficiales, 3 en total, nos reunimos para evaluar la situación, analizar las alternativas y determinar un plan de rebusca bien concebido. Este análisis de la situación dio el siguiente resultado: la ruta desde puerto Belgrano hasta cabo Dungeness, en la boca oriental del estrecho de Magallanes era una sola y bordeaba la costa argentina, por lo que no se justificaba un pedido de auxilio si el siniestro se hubiera producido en esa parte.

Desde la latitud de punta Dungeness, el Comandante del Fournier pudo tomar dos rutas: una interior, por el estrecho de Magallanes, siguiendo los canales Magdalena, Balleneros y Canal del Beagle, hasta Ushuaia, y la otra, la ruta oceánica, bordeando por el Este de la isla grande de [[Tierra del Fuego; estrecho Le Maire entre la Isla de los Estados y la isla grande y Canal Beagle Oriental, hasta Ushuaia.

Se concluyó que lo más probable era que hubiera seguido la ruta interior. Como el Lautaro acababa de aprovisionar todos los faros del sector oriental del Estrecho, desde Punta Arenas hasta el faro Punta Dungeness, sin encontrar ninguna novedad y como además en esa zona existen numerosos faros y estancias con pobladores a los que nada pasa inadvertido, se descartó la posibilidad de encontrar la nave perdida, en esa zona. Por lo anterior, y resuelta ya la idea de maniobra a seguir, el Lautaro puso proa al sur, para explorar ambas orillas del Estrecho de Magallanes entre Punta Arenas y el faro Anxious, a la entrada del Canal Magdalena.

En los siguientes dias se continuó la exploración de los canales Balleneros; O'Brien, paso Timbales y Brazo Norweste del Canal Beagle, hasta la isla del Diablo, zona bien conocida por la tripulación del patrullero, pues desde su llegada, el año anterior, había hecho varios viajes a la Isla Navarino, donde comenzaba a nacer Puerto Williams.

Los dias pasaban y no aparecía ninguna pista que permitiera dar con la nave perdida. Se exploraron todas las salidas desde los canales al océano, tales como bahía Desolada, bahía Cook y ... nada. En forma muy inusual, a medida que el Lautaro avanzaba por el estrecho de Magallanes, iba encontrándose con buques de guerra argentinos, -algunos fondeados y otros navegando-. Al ser interrogados, pedían autorización y se unían al Lautaro, con lo que se fue conformando una verdadera flotilla que comenzó con tres naves, llegando a juntar un total de 8.

El Lautaro tomó el control de la operación de rebusca y distribuyó las zonas de exploración de acuerdo a las condiciones marineras de cada nave. Así pasaron varios dias más -14 desde el zarpe de Punta Arenas-sin que se hubiera encontrado el menor indicio del buque perdido. Es difícil describir la enorme frustración que se experimenta en tales casos. No es frecuente que una nave con 69 tripulantes a bordo desaparezca sin dejar ningún rastro. Todo lo que se podía hacer era esperar ayuda divina ... y la ayuda, ¡por fin llegó!

Muy desmoralizados, los 5 buques de la flotilla, el Lautaro y 4 naves argentinas, fondearon ese anochecer en puerto Morris. Al comentar los sucesos del dia, antes de planificar el trabajo para el día siguiente, en reunión de Comandantes con sus Oficiales de Operaciones, el Comandante del buque argentino Spiro, gemelo del Fournier, sorprendido comentó que navegando frente a caleta Zig-Zag, a la altura de puerto Cono, -a la entrada del canal Gabriel-, había visto a un poblador tan despistado, que en su bote tenía izada la Bandera de Chile al revés, es decir con la estrella hacia abajo y el color rojo hacia arriba.

Los chilenos saltamos en el acto y le explicamos al argentino que esa acción del poblador no era descuido ni ignorancia, sino que al izar la bandera en esa forma el hombre estaba pidiendo auxilio. Como la noche estaba ya muy avanzada y el tiempo tampoco era bueno, se acordó que los zarpes del día siguiente se harían una hora más temprano y que el Spiro se dirigiría de inmediato a Caleta Zig-Zag, para ver qué es lo que requería el poblador, lo que informaría de inmediato a todos los buques de la flotilla. Esta fue la primera señal útil que se obtuvo para empezar a desentrañar el misterio, hasta ahora insoluble, de un barco perdido sin dejar rastro. Aún no comenzaba a amanecer cuando los buques tocaron repetido y zarparon a sus zonas asignadas de rebusca.

El Spiro se dirigió a todo andar a caleta Zig-Zag, donde fondeó y envió un bote a tierra al mando de un Teniente. En tierra el poblador, hijo de chilote y yagana, le informó que unos 20 días atrás, había visto pasar un bote, llevado por la corriente. Echó su chalana al agua y lo alcanzó, encontrando dentro de él a dos cadáveres de marinos. Remolcó el bote hasta la orilla y para evitar que los cuerpos fuesen comidos por los perros, procedió a enterrarlos en la playa de arena y al ver pasar las naves frente a su casa, les izó la bandera al revés para pedir auxilio. El velo que cubría el enigmático episodio empezó a descorrerse. El Spiro llamó por radio al resto de los buques y todos concurrimos velozmente al lugar del hallazgo.

La noticia fue transmitida a la III Zona Naval y de ahí a las autoridades navales argentinas, las que ordenaron el despacho de tres naves más, para proseguir la búsqueda, entre ellos una nave de la Flota de Mar. Era un hecho que no había sobrevivientes; que el Fournier había violado la soberanía chilena entrando sin permiso a sus aguas interiores, y que se había hundido totalmente en un punto cercano a caleta Zig-Zag, en el llamado seno Magdalena. El área de rebusca se reducía ahora a una de 20 por 25 millas solamente, lo que facilitaba mucho nuestro trabajo.

La III Zona Naval pidió apoyo aéreo al mando de la Fuerza Aérea de Chile en Punta Arenas, el que dispuso la instalación de una cámara filmadora en un avión de caza A-24 para fotografiar toda la costa en busca de restos o de más cadáveres. Dos naves argentinas fueron enviadas a recorrer el canal Gabriel, el Cascada y el Seno Almirantazgo, en busca de restos náufragos. En la orilla del canal Gabriel fueron encontrados los cuerpos sin vida de dos marineros más, y como el invierno austral aún no terminaba y el clima en general continuaba frío y seco, los restos estaban en buen estado de conservación, pero con su piel ennegrecida, quemada por el frío.

En estas rebuscas el aviso Spiro tocó fondo en una roca y dado el estado de ansiedad y nerviosismo de su tripulación, el buque fue abandonado por algunos minutos. Al comprobarse que el buque no se hundía, la tripulación volvió a bordo y el buque flotó con la marea. Otra de las naves argentinas, el buque hidrográfico Bahía Blanca también chocó con una roca, pero la reacción de su tripulación fue menos dramática.

La base de la FACH, en bahía Catalina, llamó por telefonía al patrullero Lautaro y le comunicó que una vez revelada la película había aparecido una imagen, algo difusa, que parecía ser una balsa con varias figuras humanas en su interior. Dada la premura con que se había hecho la filmación y lo precario del sistema, informaban que no les era posible ubicar con exactitud el lugar de este nuevo hallazgo.

Utilizando un método poco científico pero efectivo, el Lautaro zarpó y se ubicó frente a un punto conocido, donde se iniciaba la filmación, y desde allí navegó la costa siguiendo una ruta paralela a la que había hecho el avión, comparando los accidentes de la costa con las imágenes de la película. El método era lento pero seguro, faltaba alrededor de una hora para llegar a la probable ubicación de la balsa, cuando se agotó la luz diurna. La expectación era tan grande que la rebusca no se suspendió, continuándose con la luz del proyector del buque. Al llegar al punto estimado, se mandó a tierra una chalupa ballenera, a cargo de un Teniente.

La noche estaba clara, había luna llena pero negros nubarrones la cubrían por momentos, dándole al escenario un macabro dramatismo. El teniente, a su regreso, muy emocionado, relató un hallazgo dantesco. A unos 20 m de la playa, medio iluminada por la luz azuleja del proyector apareció ante sus ojos un cuadro terrible: una balsa con cinco cuerpos sentados en la borda, con los pies hacia adentro, abrazados y acurrucados unos contra otros. Todos llevaban capotes o gruesas ropas de abrigo. La piel de todos ellos estaba ennegrecida por efecto del intenso frio. Era evidente que murieron antes de llegar a la orilla; la causa: el frío austral.

El traslado de los restos mortales de estos marinos fue largo y penoso. Fueron embarcados en una chalupa y llevados a bordo del Lautaro, donde fueron colocados respetuosamente en toldilla, cubiertos con pabellones chilenos, excepto el Comandante, que fue cubierto con la única Bandera de Argentina existente a bordo.

Una primera identificación, por sus prendas e insignias, indicó que se trataba del Comandante de la nave, su Segundo Comandante, el Oficial de Guardia, un Sargento enfermero y un Cabo, posiblemente el timonel de guardia.

Todos los relojes marcaban la misma hora, las 5 h y 25 min, lo que nos hace suponer que a esa hora se produjo el naufragio o que por lo menos a esa hora los hombres cayeron al agua.

Sin duda el accidente fue repentino y su desenlace rápido, ya que el buque no tuvo tiempo para lanzar un S.O.S. marítimo.

El día del naufragio fue también determinado y fue el mismo día en que el chilote encontró el bote con los dos primeros cadáveres. Lo anterior coincide con un avistamiento nocturno que comunicó el faro de punta Delgada, en la primera angostura del Estrecho de Magallanes, informando el paso de un buque oscurecido y que no respondió a las llamadas de identificación que se le ordenaron. Con todos estos datos sólo faltaba identificar el lugar exacto del naufragio y su causa.

La III Zona Naval envió a la barcaza Isaza a puerto Morris con un grupo de expertos en identificación y 9 ataúdes para trasladar los restos de los náufragos fallecidos a Punta Arenas y luego repatriarlos a Argentina. La rebusca continuó diez días más y cuando el tiempo mejoró, se solicitó exploración aérea, la que ahora se efectuó con un hidroavión Catalina, el que tras varias horas de vuelo avistó una mancha de petróleo que desaparecía con el oleaje y el viento y que reaparecía con la calma, en el mismo sitio.

No cabía duda, bajo esa mancha y a 250 m de profundidad se encontraba el casco del infortunado Fournier y buena parte de su tripulación. Ahora sólo faltaba determinar la causa del accidente. El Fournier era una nave tipo "aviso", buque ligero de poco tonelaje, de casco fino y alto, de poca manga, lo que lo hacía un barco "celoso", de poca estabilidad transversal. Además el buque venía con bastante carga en cubierta, lo que aumentaba su inestabilidad.

El informe obtenido de las anotaciones en el bitácora del Lautaro, coincidentes con los registros del Servicio Meteorológico de Punta Arenas, indicaban que ese día hubo un fuerte temporal de viento del norweste en esa parte del estrecho de Magallanes, y nuestra experiencia nos indicaba que en el seno Magdalena -lugar del accidente-, con esos vientos, el mar se torna excepcionalmente violento debido a la configuración de la costa y de los cerros que encajonan el viento. Cerca del lugar del naufragio, existe un bajo fondo de 7 m. En bajamar el Fournier calaba unos tres metros y medio, pero con un oleaje fuerte, como el de esa siniestra noche de tormenta, en una cabezada dura bien pudo haber golpeado su casco en la roca y haber sufrido una avería mayor que causara su hundimiento. Esta última hipótesis, aunque posible, fue descartada, ya que una nave, por muy grande que sea la vía de agua, tarda algunos minutos en hundirse y da tiempo suficiente para transmitir una señal de auxilio, lo que en este caso no ocurrió.

El análisis completo, documentado y ponderado, concluyó en que el aviso Fournier se dio vuelta de campana por la banda de babor, golpeado por una sucesión de olas de gran tamaño, generadas por la fuerte tormenta del noroeste, en el seno Magdalena, peligro conocido por los marinos chilenos que navegan esas aguas, pero ignorado por los infortunados argentinos. Al volcarse la nave, sólo pudieron saltar o cayeron al mar los hombres que iban de guardia en el puente y que fueron los encontrados en la balsa; algunos tripulantes que estaban en pie a esa hora pudieron echar un bote al agua, que fue el encontrado por el poblador de Caleta Zig-Zag, más los otros que cayeron al agua y que fueron encontrados en el canal Gabriel, suman 9, de los 60 tripulantes restantes no se encontró nada, a pesar de una meticulosa rebusca efectuada por naves chilenas y argentinas durante unos 10 dias. Solo se encontraron restos de la carga que iba en cubierta y algunos elementos de la estructura del buque, semidestrozados por la fuerza de la olas.

Mientras se efectuaba la rebusca final, se desató otro temporal de gran intensidad. El Lautaro aprovechó para hacer una interesante experiencia: lanzó al agua una balsa similar a las del Fournier, con un peso equivalente al de las 5 personas, en el supuesto lugar del hundimiento, para estudiar su comportamiento. Esta balsa demoró una hora y media en llegar a la costa y arribó a un punto muy cercano del que se encontró la balsa del Fournier. Esto terminó por corroborar toda la hipótesis del naufragio, como también el hecho de que todos los tripulantes cuyos restos fueron encontrados, cayeron al mar y que después se subieron a la balsa y al bote, donde murieron de frió, en menos de 90 minutos, por el enfriamiento resultante del efecto de la evaporación del agua de sus ropas, causado por el viento.

En el intertanto, la Prensa escrita, tanto chilena como argentina, cubria las noticias del naufragio a grandes titulares. No faltaron las especulaciones ... el aspecto ennegrecido de la piel de los cuerpos encontrados se habría debido a la explosión de una bomba atómica que trasladaba el Fournier hasta Ushuaia. Cabe recordar que en esa época Argentina anunciaba importantes experimentos atómicos -Proyecto Huemul- en Lago Nahuel Huapi, cerca de Bariloche.

Primó la cordura y esta audaz suposición fue descartada. La esforzada labor de los buques chilenos fue ampliamente reconocida por la armada y gobierno argentinos, tanto que su Presidente, Juan Domingo Perón, extendió una invitación especial para que el patrullero Lautaro fuera a Buenos Aires a recibir los agradecimientos del pueblo argentino por un trabajo sin descanso e ininterrumpido de más de un mes, en una zona inhóspita y de clima muy duro, sin volver a sus hogares que se encontraban a pocas millas de distancia.

El gobierno chileno declinó la invitación. No se podía dejar de lado el hecho de que el accidente se había producido mientras se llevaba a cabo una acción no autorizada por parte de la Armada Argentina. Pese a lo anterior, el Gobierno argentino, por intermedio de su Armada, decidió condecorar a los oficiales y algunos tripulantes del patrullero Lautaro, distinción que se entregó, tiempo más tarde, en la Embajada Argentina en Santiago de Chile.

Este relato está basado en hechos reales y auténticos, en los cuales su autor participó como 2° Comandante y Oficial de Operaciones del patrullero Lautaro, con el grado de Teniente 2°.



Patrullero "Lautaro"



"FOURNIER"

Tipo: Rastreador Año de referencia: 1940 Otros nombres: Característica: "M-5".
Lugar de construcción: Astillero "Sánchez y Cía.", de San Fernando, provincia de Buenos Aires. Forma de adquisición: Contrato de construcción de unidades gemelas, a realizarse en astilleros privados y de! Ministerio de Marina. Datos del buque: Gemelo del "Bouchard".

HISTORIAL

Botado el 5 de agosto de 1939.
1940
Incorporado a la Armada el 13 de octubre de 1940, día en que se afirma el pabellón argentino. Su pabellón de combate es obsequiado por la Escuela Normal Nacional de San Fernando. Se lo incorpora a la Escuadrilla de Rastreo y Minado de la Base Naval de Puerto Belgrano. Su primer comandante es el Teniente de Navio O. Ernesto del Mármol.
1941
Este año su comandante es el Teniente de Navio D. Alberto J. Frasch. En julio lo toma el Teniente de Navio D. Osear A. Baisi. Se mantiene en aguas de la B N. P. B.. cumpliendo las ejercitaciones previstas con la Flota de Mar.
1942
El comando lo ejerce el Teniente de Navio D Oscar Baisi. En igual orgánica y apostadero que el año anterior. De julio a agosto de estación en Ushuaia. Da apoyo a la Campaña Antartica del verano 1942/43.
1943
El comando lo toma el Teniente de Navio D. Alberto J. Frasch. quien lo entrega en noviembre al Teniente de Navio D. Luis García. Entre enero y marzo es buque de estación en Ushuaia. Se mantiene en aguas de la B. N. P. B. v opera con la Flota de Mar.
1944
Permanece en la orgánica, apostadero v tareas que en años anteriores. Hasta agosto el comando es desempeñado por el Teniente García, quien en ese mes lo entrega al Teniente de Navio D. Rodolfo N. M. Panzarini. Entre agosto v octubre opera en el Sur. como buque de estación en Ushuaia. Se mantiene asignado a la B. N. P. B.
1945
El comando es ejercido por el Teniente de Navio Carlos A. Bourel. Entre abril v mayo opera en los canales del Su" como buque de estación de Tierra del Fuego. Se mantiene en la orgánica de la Fuerza de Rastreo v Minado de la B. N. P. B.. y opera con la Flota de Mar en las ejercitaciones del año. en aguas del Atlántico Sur.
1946
De estación en Ushuaia en junio/julio. Auxilia al remolcador "Oleo" y lo lleva a remolque hasta la B. N. P. B.. en medio de un gran temporal, en julio. Participa del salvataje del velero chileno "Cóndor". El comando es ejercido por el Capitán de Corbeta D. Francisco Janzen Vadillo. Interviene en el operativo conjunto con el Ejército en La Paz, en octubre, regresando luego a su apostadero de la B. N. P. B.
1947
El comando es ejercido por el Capitán de Corbeta D, Emilio L. Díaz. En mayo es destacado a LTshuaia. y a continuación realiza un viaje a la Antártida llegando a Decepción a principios de junio. Regresa a la B. N. P. B. en julio y es destacado a Asunción del Paraguay en agosto, regresando a su apostadero en octubre.
1948
El comando lo ejerce el Capitán de Corbeta D. Domingo J. Luis. En abril va a la Antártida. En julio viene a Buenos Aires, con las unidades de la Escuadra de Mar, para los festejos patrios. En noviembre es designado su comandante el Capitán de Corbeta D. Jorge E. Suárez de la Madrid, pero no se hace cargo del mismo. En diciembre se designa comandante al Capitán de Corbeta D. Armando H. Llambi. Integra la División Rastreadores de la Zona Naval Marítima, con asiento en la Base Naval de Puerto Belgrano.
1949
El Capitán Llambi es relevado por el Capitán de Corbeta D. Carlos A. Negri. quien se hace cargo del comando en marzo. Destacado como buque de estación en Ushuaia, zarpa de su apostadero de la B. N. P. B. en agosto, con destino a las tareas de rutina de patrullado de los canales fueguinos, apoyo a la Base Nava] de Ushuaia, v eventuales tareas de salvataje.


Pérdida del buque

Zarpa al Sur, y se pierde el contacto con él a partir del 22 de septiembre, y se lo da por perdida en dicha fecha, en las proximidades de Punta Cono, a la entrada del canal San Gabriel, a 60 millas al Sur de Punta Arenas (Chile).
Se inicia de inmediato la búsqueda, tanto del buque como de los posibles sobrevivientes, con todos los elementos disponibles, participando además en ella unidades navales de la Armada chilena. Los resultados de esta búsqueda son poco tranquilizadores, y pronto se halla una embarcación, con los cadáveres del comandante y segundo comandante del buque, así también como del personal que se hallaba en el puente de mando al momento de la catástrofe. Las circunstancias hacen suponer, con justeza. que el buque se hundió al chocar con una piedra no marcada en la carta, en medio de un temporal, hundiéndose inmediatamente, y pudiendo abandonarlo solamente los tripulantes que se encontraban en ese momento en el puente de navegación. El resto de ellos, v cuyos cadáveres guarda celosamente el mar, debió fallecer en los sollados y camarotes del buque, y en sus puestos en máquinas, y debió de ser tan súbito el hundimiento, que no dio tiempo a efectuar el abandono de la nave.




Los cadáveres encontrados, correspondieron a los siguientes: Comandante: Capitán de Corbeta D. Carlos A. Negri. 2º comandante: Teniente de Fragata D. Luis H. Lestani. Suboficiales: 2º de Mar. Ramón Chávez: 2° Electricista, Ernesto P. Rodríguez; Cabo Principal Señalero, Juan C. Luca; Marinero 1º Torpedísta, Manuel González; Marinero 1° Electricista, Eliberto Oscar Bulo; Marinero 1º Señalero, Valerio F. Gaicano y Marinero 2º Maquinista, Miguel Lucena.
También se encontró el cadáver del naturalista argentino D. Raúl Wernicke, quien viajaba a bordo, y que era suegro del comandante, v de su joven hijo, el joven Julio Wernicke, ambos recorrian el Sur (el hijo como ayudante) en procura de especimenes de fauna marina.
El resto del personal, fallecido en las circunstancias aludidas, fue el siguiente:
Guardiamarina D. José Daniel Lamas; Guardiamarina (Ingeniero Maquinista) D. Osvaldo R. Moutin.
Suboficiales: Ambrosio Díaz: Francisco C. Castro; Felipe D. Maraño: Agustín Ortiz; Guido Bacci.
Cabos: Sixto Capdevila; Fausto A. Mercado; Miguel Carbone; Rafael T. Lofiego; Miguel A. Ferreyra; Joriíe E. Rivera; Jacinto A. Tejada; Alberto Campofreda; Osear Monti; Guillermo Rocco; Paulino Marcos; Horacio Robles; Juan F. Koch; Ernesto R. Yoller; Ovidio Strumia; Carlos Osores: Ricardo Altamirano: Eduardo Rodríguez; Roberto S. Roca; Isaac M. Belsky; Enrique A. Bloch. Marineros: Rubén Gastaud; Eduardo Palacio: Alejandro Romero; Pedro Villa-real; José L. Cartería; Concepción Mendoza; Rene Chanampa; Elio Coria; Humberto Medina; Afilio Arce; Demingo L. Gatti; Osear A. Panno: Ángel Quiroz; Ramón A. Góbez; Antonio Batista; Prudencio Romero; Antonio R. Urquiza; Rafael Barrera; Ángel Sarachi; Aldo Dezulcvich; Osvaldo A. J. Hillar; Eduardo J. Scopetta; Víctor A. Tejada; Ramón A. Cañete; Carlos A. Barrasa; Policarpo Be-nítez; Mario A. González; Héctor R. Carballada; Milton H. Silva; Jorge Misael Peralta; Leandro N. Pelozo; Nicolás Bertolla. Conscripto 1927 Abraham Bornsz-tajn; Conscripto 1928 Sebastián Tores.
La pérdida del "Fournier" constituvó un verdadero duelo nacional, y en su memoria, así como en la de sus tripulantes se efectuaron numerosos actos oficiales y privados, donde se puso de manifiesto la simpatía del pueblo hacia la Marina. De todos ellos, tal vez por la constante oración hacia esos compañeros perdidos en la misión de paz que llevaban, destacamos el bosque con tantos árboles como tripulantes v pasaje del "Fournier", y formando esta palabra, que se creara al costado de la autopista al Aeropuerto de Ezeiza (Provincia de Buenos Aires), y que hov, luego de casi quince años de iniciado, luce en verde el nombre del buque como homenaje permanente del pueblo argentino. (Nota del editor: Al 2008 sólo quedan algunos arboles en pie, señalando con dificultad algunas letras).
Es el 2º buque de la Armada con este nombre que recuerda a D. César Fournier, célebre corsario en las guerras de la Independencia y contra el Imperio.

Gemelos: Drummond M-2; Bouchard M-7, Robinson M-3; Granville M-4; Comodoro PyM-10; ParkerM-11, Seaver M-12, Spiro M-13, Fournier M .
Astilleros: B.N.Rio Santiago: Bouchard, Drummond, Granville, Spiro y Comodoro Py;Hansen y Puccini (luego Astarsa) el Robinson y Seaver; Astillero Sanchez el Parker.
CARACTERlSTlCAS GENERALES
Tipo: rastreadores Año de construcción: 1937/1938
Tripulación: 62 hombres
DIMENSIONES
Desplazamiento standard: 450 toneladas. Desplazamiento a plena carga: 520 toneladas.
Eslora total: 59,35 metros. Manga: 7,30 metros
Calado máximo: 2,60 metros (9')
ARMAMENTO
2 cañones de 76 mm., dispuestos en torres individuales 2 canones antiaéreos de 20 mm
2 ametralladoras de 7,65 mm
MAQUINAS
Cantidad y clase: 2 motores Diesel Marca: M.A.N. Potencia: 2.000 CVE
Hélices: 2 Capacidad y tipo de combustible: 50 tonel. de diesel oil
Velocidad máxima: 15 nudos Radio de acción: 3.000 millas
lNFORMAClON COMPLEMENTARIA
Comenzados a construir entre 1935 y 1936. Fueron los primeros barcos de guerra modernos construidos en asti lleros argentinos.
Fueron incorporados a la Marina de Guerra argentina entre los años 1937 y 1938.






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